Llevo varios días sin escribir mis vivencias, mis sentimientos con el Parkinson, y ya hay personas que me envían E.Mail diciéndome qué es lo que pasa, que por qué he dejado el tema en el capítulo X. No lo he dejado es que por circunstancias no encontraba el momento de seguir con MI COMPAÑERO PARKINSON.
Hoy no me apetece retomar el hilo de lo anteriormente escrito. Voy a contar que es lo que he hecho durante el día en compañía de “Parkinson”. Me levanté a las seis y media, algo temprano, pero es que la Enfermedad de Parkinson (EP) tiene ese maldito problema: se duerme mal. Yo durante la noche me despierto en varias ocasiones y cambio de lugar, primero duermo en mi cama, a las tres horas me voy a un sofá y para terminar me acuesto en un cómodo sillón de esos que se retrepan. Comprendo que es una pesadez, pero a mí me va bien.
A las siete menos cuarto, con el estómago vacío me tomo las primeras dosis de Mirapexin, Estalevo y Azilect. En esos momentos estoy algo torpe de movimientos, pero ya no me preocupa, sé que es por la falta de dopamina, pues por la noche no la tomo. Así que mientras surge el efecto de estas maravillosas medicinas, me tumbo en el sofá y procuro dar una cabezada o pensar en cosas agradables. También es bueno escuchar música, leer o ver la TV. Lo importante es relajarse y no preocuparse de la situación que ocupa el momento, en mi caso, una falta de movilidad. En el pasado, ese tiempo de interrupción muscular me afligía y comenzaba a irritarme o a preocuparme. Pero un buen día analicé la situación, llegando a la conclusión de que no era bueno para mí encresparme, pues no conseguía nada y, para colmo, los medicamentos tardaban más tiempo en hacer efecto.
Actualmente ese periodo nefasto en el pasado, se ha convertido en algo agradable, pues mientras dura tengo un sueño reparador. Cuando me despierto, a la hora aproximadamente, estoy nuevo y con muchas ganas de iniciar el día.
Desayuno, habitualmente unas tostadas con aceite de oliva y café descafeinado. Y a trabajar hasta las dos y media de la tarde. Durante ese tiempo sigo mi tratamiento y sufro en ocasiones momentos desagradables ocasionados por el Parkinson. Uno de ellos, me suele ocurrir tras la segunda toma de Estalevo. Lo achaco al excesivo trajín que llevo, pues cuando estoy tranquilo no me sucede. Lo que siento en esa media hora es una especie de mareo, así que toca relajarse, sea como sea. Es el único modo de recuperarte. Da igual lo que estés haciendo o la importancia que tenga, se debe desconectar y relajarse. Todo lo demás puede esperar.
Me gusta la forma en la que te planteas los "periodos off", hay que aceptar que esta enfermedad tiene momentos en los que el cuerpo no responde y que mejor manera de pasarlos que buscarse alguna actividad placentera hasta que vuelvas a recuperar el control de tu cuerpo. Y como bien dices, todo lo demás puede esperar.
ResponderEliminarEs verdad que los que tenemos parkinson no dormimos .Yo me levanto a las 5 y me tomo la medicacion y cuando me hace efecto me voy al gimnasio,alli doy todo lo que puedo y vuelvo nueva .Asi lucho para que no corra mas que yo esta dichosa enfermedad,intento encontrarme lo mas activa .
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